jueves, 8 de mayo de 2008

querida ana

Querida Ana:

Hola! Cómo estás? Otra vez ha vuelto ha pasar un montón de tiempo desde la última vez que te escribí, ya me conoces, siempre queriendo decir tantísimas cosas en mis cartas, siempre se me vienen tantas ideas a la cabeza que se me acaban atascando como en un embudo y acabo por no decir nada.

Ya sé que a tí no te importa, que lo comprendes, y que, aún sabiendo el esfuerzo que a veces supone para mí escribirte, no dejas de animarme a hacerlo. Esfuerzo porque a tí no te puedo mentir, no puedo evitar ponerme a escribirte y que todo lo que tengo dentro, lo que sé que siento y lo que no sé que siento intente asomarse, e, invariablemente, me siento abrumada y se me llenan los ojos de lágrimas, como ahora. ¿Por qué me pasa esto Ana?

Sólo quería escribirte una carta normal, contarte mi día a día actual, hablarte del libro que me estoy leyendo, compartir un montón de pequeñas cosas que a lo largo del tiempo voy viviendo y anotando mentalmente, "esto se lo tengo que contar a Ana", pero ya ves, cada vez soy más dramática y más exagerada y me pierdo dentro de mí. Ya te conté una vez, yo sola no soy capaz, necesito de ti, de los ojos de las personas a las que amo.

Entiendes por qué te escribo tan de tanto en tanto, Ana? Ya no puedo dejar de llorar y ni siquiera sé el porqué, qué niña más tonta, verdad?
Ojalá no te canses de mí, Ana, ojalá no me dejes de escribir, de cantarme canciones por teléfono, de darme fuerzas, de hacer que no me olvide de mi corazón.
De hacer que no me olvide que cada día es una nueva aventura.

Te quiere mucho.

Anne

No hay comentarios: