martes, 6 de marzo de 2012

descompresión

Vivir en el infierno, pasear por sus calles perfectamente empedradas y, al segundo siguiente, tocar el cielo con una mirada. Es demasiado tránsito de golpe. Demasiado cambio de presión, el cuerpo no está acostumbrado a eso. La descompresión puede matarlo. En las clases de buceo te enseñan a que, cuando más profundo desciendes, más lentamente has de ascender, con frecuentes paradas en las que vas expulsando poco a poco el nitrógeno que se te ha ido acumulando en la sangre. Si lo haces de golpe corres el peligro de que se te obstruya la circulación, de que en tus venas aparezcan burbujas y de que te mueras. Es así. Es una cuestión física y, queramos o no, estamos sujetos a ella. Pero hay cosas de las que no sabe el alma humana, no ha ido a la escuela nunca, no ha escuchado programas divulgativos en la radio, no ha visto documentales. Ella sólo nos acompaña hasta la escuela y nos deja en la puerta. A las cinco nos vuelve a recoger y sabe Dios lo que ha estado haciendo mientras nosotros nos ilustrábamos. Ella nos enciende la radio, la televisión, nos pone el canal para que nos distraigamos y aprendamos cosas pero, mientras, ella está en otra habitación trajinando con sabe Dios qué inventos. Ella no sabe, no conoce, es completamente analfabeta el alma humana. Ella hace siempre lo que le viene en gana. Es una eterna rebelde. Peor que un hippy, que un skin head, que un corredor de bolsa. Es una adolescente con granos hasta en la punta de las uñas, dispuesta a cocernos a fuego lento o a agrandar nuestro mundo hasta cotas inimaginables. Es así. Y más vale que lo aceptemos. Aunque cuando lo hayamos aceptado se volverá a rebelar, irá a izquierda y derecha, lo que sea con tal de que las burbujas de nitrógeno de nuestra sangre vuelvan a quejarse, a refunfuñar como viejas contra los niños que arman ruido. Es algo completamente incorregible. Algo a lo que compro golosinas, siempre que puedo, para que no se canse y se fugue con un grupo de rock, para que no se suba a su autobús y se vaya de gira por todo el país. Para que se quede siempre conmigo.